La siguiente
reseña se origina en el hecho que en 2016 se relanzó la discografía de Pink
Floyd en vinilo (entre las de otras decenas de artistas), y tuvo especial
repercusión The Dark Side of the Moon.
Como la tendencia no decae nos parece apropiado reproducirla en nuestro Blog.
Como la tendencia no decae nos parece apropiado reproducirla en nuestro Blog.
No pretende ser
esta una nota técnica sino simplemente una serie de pensamientos intercambiados
con amigos con los cuales tal vez coincidas por experiencia personal. Te invito
que al fin de la reseña me cuentes tu experiencia en este aspecto.
Para algunos
viejitos será obvio que el vinilo es algo esencial en la discoteca de un
audiófilo, pero las nuevas generaciones lo pueden ver como a un dinosaurio en
el living.

Un poco de historieta
Algunos nacieron en una casa de ambientes
amplios y techos altos, donde se puede poner la música fuerte sin enloquecer a
familiares y vecinos.
Muchos cuando eran adolescentes tuvieron
esa ventaja, pero no pudieron comprarse equipos de alta fidelidad (HI-FI). Tal
vez tuvieron la suerte que los padres los adquirieran y les permitieran
usarlos, con o sin restricciones. Con el tiempo crecieron, trabajaron, se
mudaron a un departamento en el que siendo dueños pueden poner la música como
les plazca. Cierto es que la forma de vida a la que es sometida la mayoría de
la gente los reduce a vivir en espacios más pequeños que en los que han sido
criados. Las paredes parecen de papel en un departamento, o en una casa humilde
de ladrillos huecos de 12 cm, y todo lo que pasa adentro se oye afuera casi tan
fuerte como en el interior. Los ambientes son menos y más chicos. Pero por fin
llegó el día y entonces te compraste el equipo de audio de tus sueños. Ojo, no
hablo de equipos que hacen ruidos fuertes como ostentan la mayoría: hablo de
audio de alta calidad, sin distorsiones apreciables por el oido humano.
Para una referencia rápida a aspectos
técnicos aquí