Si te gusta comprar productos argentinos
(como a mí), te advierto algo que no me advirtieron nunca: comprar Bangho no es
comprar argentino. Y no o digo porque los componentes de las computadoras porque es
bien sabido que las partes esenciales no se fabrican (ni se fabricaron) y
posiblemente no se fabriquen nunca aquí. Aunque desde el principio sacaron
chapa de empresa nacional (y lo siguen haciendo en su publicidad), su espíritu dista mucho de ser
Argentino.
O porque fueron una de las
primeras empresas en despedir gente al comienzo del gobierno macrista y
“reconvertirse”, algo que nunca se hubiera esperado de una empresa "nacional y popular", como quisieron hacernos creer que eran.
Hablo de mal servicio técnico, reinstalaciones
incompletas de sistemas en garantía, cobrarte cuatro veces más el valor de los
componentes genéricos que usan para una actualización de hardware, problemas de
batería y mal funcionamiento del DVDWR luego de pasar por el servicio técnico, y
sobre todo no presentar documentación en línea para la resolución de problemas.
Sin embargo te invitan a llevarles la computadora para resolver los problemas:
con costo a tu cargo, claro.
Uno de los problemas más comunes sucede cuando querés huir del pesado Windows 10 para volver al práctico y liviano Windows 8.1 que venía en tu notebook: no podés.
No
es un problema único de esta marca claro, (en este caso una Bangho Max G0 101).
La mayoría de las notebooks modernas lo tienen. El asunto es que no te dan un
método de Recovery para volver al estado original una vez que tu sistema se
convirtió en Windows 10.
Así
nos encontramos con usuarios que tienen que ingeniárselas por sí mismos para
encontrar soluciones (como en este caso)
No
solo porque Microsoft no te deja, sino porque no proveen los “programadores” de
Bangho una opción de acceder a la partición Recovery. Además el disco duro tiene
una tabla de particiones GUID (GPT), la cual sustituye al
Master Boot Record (MBR) usado antiguamente. Esto en sí no
es malo, sino que es mejor en muchos aspectos, salvo que cuando por fin podés
desactivar el UEFI en el Setup de la máquina, activando un
Boot Manager, y entrás con un DVD booteable (o un USB) para instalar el Windows
8.1, no te deja. Microsoft aconseja varios procedimientos para convertir el
disco GPT en MBR, entre ellos el comando con el comando DiskPart, pero todos
ellos destruirán todo el contenido del mismo, o sea el resto de las particiones
además de la que te interesa para instalar el nuevo sistema. Muchos malentienden este procedimiento y no se dan cuenta que van a perder todo el contenido del disco (o discos). Esto además empeora
por los “técnicos” que cuelgan videos en Youtube dándote esa solución como “LA
solución”.
El
hecho es que en mi caso solamente me interesaba instalar el sistema en una
partición de 500 Gigas, preservando otra similar llena de material valioso,
además de las particiones originales de fábrica donde están los archivos para
el Recovery, para usarlo en caso necesario, o bien para crear un USB booteable
con ellos.
Entonces
di con este video que me aclaró el panorama:
CONVERTIR
GPT a MBR SIN PERDER INFORMACIÓN (BIEN EXPLICADO)
En
mi caso utilicé una versión más avanzada que la recomendada en el video: MiniTool PartitionWizard Technician 11.5, que me permitió hacer un disco booteable, realizar la
conversión, para luego instalar perfectamente el Windows 8.1.
Lo
que me resta es acceder a las imágenes de sistemas operativos que hay en las
particiones recovery. Misteriosamente (por ahora) hay dos particiones de este
estilo. Supongo que una debe de ser la original con Windows 8.1 y la otra que
se creó a partir de la actualización a Windows 10, desde la cual supongo que se
realizaba la restauración del sistema.
Agradezco
a todos los que contribuyeron con su desinteresada ayuda a través de Internet,
con videos y notas.
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